El invierno es una buena época para practicar deporte al aire libre. Al contrario que en los meses de más calor, no resulta tan necesario ajustarse a unos horarios específicos para evitar salir a entrenar en las horas de más sol. Sin embargo, en esta época no todo consiste en vestirse con la indumentaria deportiva que proporcione un mayor abrigo, sino también en vigilar uno de los aspectos más importantes ante la práctica de actividad física: la hidratación.
La llegada de las bajas temperaturas no debe ser una excusa para quedarse frente al sofá en plan “peli y manta”. Evitar el sedentarismo es uno de los aspectos más necesarios para que los meses más fríos del año no nos dejen de “regalo” unos kilitos de más en la báscula.
Por eso, la Dieta Mediterránea aconseja la práctica diaria de 30-45 minutos de actividad física moderada a diario, como método ideal para ayudar a mantener un peso adecuado y, por lo tanto, disfrutar de un buen estado de salud. Pero, para practicar deporte, hay que tener en cuenta ciertos aspectos importantes. Tal y como asegura la Duatleta y Triatleta Marta Jiménez Goas, a la hora de entrenar o preparar una carrera o maratón:
la alimentación y la hidratación tienen una influencia fundamental en el deporte. Lo ideal, antes de una carrera (3-4 días), es realizar un ligero aumento de los hidratos, ya que en carrera no sólo tiraremos de grasas, sino también de glucógeno. Además de la alimentación, hay que hidratarse muy bien tanto los días previos a la carrera como durante y después de la carrera.
Tal y como asegura la triatleta, la alimentación nos proporciona la fuente de energía necesaria para llevar a cabo las actividades y obtener un buen rendimiento deportivo, por ello no debemos descuidarla. Además una buena alimentación permite una mejora en la recuperación, previene de las lesiones y contribuye al bienestar en general.
Así, respecto a la hidratación, Jiménez señala que “es fundamental para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Antes de entrenar es importante haber bebido agua, ya que durante la actividad el cuerpo será sometido a unos esfuerzos y pérdida extra de agua. Durante el ejercicio también debemos ir bebiendo agua, ayudando al cuerpo a mantener los niveles óptimos de hidratación. Y finalmente, después del entrenamiento, para reponer las sales minerales y el agua que hemos perdido durante el esfuerzo”.
La triatleta aclara, además, que “en los entrenamientos de agua o a bajas temperaturas también es de vital importancia la hidratación, por lo que debemos beber aunque no tengamos sed, ya que seguimos eliminando agua y electrolitos a través del sudor”.
Y es que, tal y como asegura la atleta y duatleta internacional Sonia Bejarano, “al practicar ejercicio, nuestro cuerpo elimina una importante cantidad de agua a través del sudor. Esta pérdida, si no se repone, puede producir un desequilibrio hídrico en nuestro organismo y, por lo tanto, provocar una deshidratación”. Precisamente, los síntomas de una deshidratación son, tal y como asegura Bejarano, “muy importantes a la hora de rendir físicamente.
Si una persona experimenta una deshidratación, aunque sea leve, ya se siente mareado, cansado, con la boca seca… y estos síntomas son precisamente contradictorios a la obtención de un buen rendimiento durante el ejercicio y, no solo esto, sino que, además, podemos poner en peligro nuestra salud”, añade.
Porque, según explica Sonia Bejarano, “cualquier tipo de actividad física, por muy suave que sea, requiere la pérdida de agua del cuerpo, aunque esta sea leve”. No obstante –añade- “sí que es cierto que existen ciertas actividades que, al requerir un mayor esfuerzo físico implican una mayor pérdida de agua. Entre estas se encuentran, especialmente el running y el ciclismo, pero esto no quiere decir que la persona que sale a caminar o que está haciendo actividades con menos movimiento físico como, por ejemplo, Pilates, no pierda agua.
Porque, lo que tampoco podemos olvidar es que, además de para un buen rendimiento físico, el agua es esencial para el buen funcionamiento de nuestros músculos”. Por lo tanto, “el agua debe estar implicada siempre, antes, durante y después de cualquier tipo de actividad física que realicemos”, aclara Sonia.
Finalmente, Bejarano no lo duda a la hora de elegir el tipo de agua con la que hidratarse a la hora de entrenar. Así, según asegura:
Para un deportista, el agua mineral es fundamental, porque nos permite llevarnos nuestra botella a cualquier sitio: al gimnasio, polideportivo… y nos facilita mantener una buena rutina y hábitos de hidratación en cualquier lugar.
Por eso, explica, “yo siempre en mi mochila llevo una botella de agua mineral, pero también cuando salgo a comprar o a pasear al perro. Beber agua mineral te asegura evitar la sed a lo largo del día y mantenerte hidratado, además, de una manera natural y con un agua de calidad y segura, que eso es fundamental a la hora de entrenar”.
Por eso, este invierno, sea cual sea el tipo de deporte que vayas a realizar, ¡sigue una dieta equilibrada y variada e hidrátate!
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