Nuestro cuerpo no descansa en vacaciones. El organismo está compuesto, aproximadamente, por un 60-80% de agua y necesita de este líquido para el mantenimiento de la mayoría de sus funciones vitales. Asimismo, es esencial que cuente con un aporte alimenticio equilibrado y variado, para disfrutar de un adecuado equilibrio nutricional. Y todo esto también sucede mientras tú disfrutas de tus tan ansiados días de descanso ¿Entiendes entonces ahora por qué es necesario cuidarte por dentro, a la vez que relajas tu cuerpo y mente?
El origen etimológico de la palabra “hidratación” procede del término griego “hydros”, que significa “agua”. Esto explica fácilmente que la hidratación se produce gracias a la acción del agua .
Según asegura Jesús Román, secretario general del Comité Científico del Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS) y experto en Nutrición:
Mantener una hidratación adecuada es imprescindible para nuestro organismo, ya que podemos sobrevivir a varios días sin comer, pero no podemos estar muchas horas sin ingerir agua.
Y es que, el cuerpo humano no tiene capacidad para almacenar agua. Así, nuestro organismo pierde en torno a los dos litros y medio por la respiración (400 ml.), el sudor (350 ml.), la orina (1.500 ml.) y las heces (150 ml.).
Por esta razón, las principales instituciones a nivel mundial y europeo, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), recomiendan una ingesta total de agua de entre 2 y 2,5 litros al día para las mujeres y 2,5-3 para los hombres, bajo condiciones normales de actividad y temperatura. Además, el 80% de esta ingesta debe ser directamente por el agua, y un 20% a través de los alimentos que ingerimos. Y sí, esto, como decíamos, debe suceder durante todo el año.
Por eso, tal y como asegura Rosa Rodrigo, nutricionista y gerente de un nuevo establecimiento de hostelería en Madrid, “estar de vacaciones no debe ser sinónimo de comer mal. A pesar de que durante esos días comeremos fuera de casa, seguiremos manteniendo los hábitos básicos de la Dieta Mediterránea, practicando algo de ejercicio, manteniendo una hidratación adecuada y llevando a cabo una alimentación variada y equilibrada en la que estén presentes todos los grupos de alimentos en cantidades moderadas”.
A esto hay que añadirle las necesidades diarias de ingesta de agua. Tal y como asegura Jesús Román, “es muy recomendable comenzar el día con un vaso de agua en ayunas, para ayudar a nuestro organismo a recuperar el equilibrio hídrico perdido durante la noche; repartir la ingesta de 8-9 vasos de agua a lo largo del día, mediante pequeños sorbos de agua cada 20-30 minutos y, antes de irnos a la cama, beber otro vaso de agua, para así preparar a nuestro cuerpo ante el ayuno que se va a producir durante las horas de sueño”.
¿Qué comer en verano?
“En verano, la dieta debe ser igual de variada y equilibrada que en el resto del año”, asegura la nutricionista, Rosa Rodrigo. “Se trata de seguir las recomendaciones de la Dieta Mediterránea e incluir la ingesta de todos los grupos de alimentos, en cantidades moderadas y equilibradas”, añade.
“Además –explica- durante la época estival existen una gran cantidad de verduras y frutas que podemos disfrutar en platos frescos, en modo de sopas frías, postres, ensaladas… y todos estos alimentos, además de aportar a nuestro organismo gran parte de los nutrientes que necesitan, también le otorgan un extra de hidratación. Y, lo mejor de todo, es que este tipo de alimentos los podemos comer tanto dentro como fuera de casa, algo que no nos impide “comer bien” durante nuestras vacaciones y evitar que los excesos o mala alimentación nos haga volver a casa con varios kilos de más”, explica Rodrigo.
Por su parte, el secretario general del Comité Científico del IIAS insiste en la importancia de que, “además de que la cantidad de agua que bebemos al día sea la adecuada, también es necesario que sea de calidad, especialmente cuando bebemos agua fuera de casa, donde hay que extremar las precauciones”.
Por esta razón, el experto recomienda “ingerir agua mineral al tratarse de un agua pura, sana y que no necesita ni recibe ningún tratamiento químico ni microbacteriológico para su desinfección, por lo que cuenta con las mismas propiedades que tiene en la naturaleza”.
Así, aconseja que, cuando pidamos agua en un restaurante, exijamos “que la botella sea abierta en nuestra presencia” y que, además, “consultemos su origen y características en el etiquetado impreso en la botella de agua mineral”. De esta manera, “podremos saber qué tipo de agua se nos está sirviendo”, añade el experto.
Román, además, asegura, “también a la hora de viajar, cuando estamos en la playa, en la piscina o montaña, el agua mineral natural, al presentarse en diferentes formatos y tamaños ergonómicos, fácilmente adaptables a nuestro estilo de vida, nos permite hidratarnos, de una manera segura y de calidad, allí donde estemos estas vacaciones”.
En este sentido como nos insiste el Profesor Román, no hay que olvidar que el agua mineral envasada nos asegura el acceso, en todo momento y lugar, a una hidratación con la máxima calidad y garantías, ya que, junto con los alimentos infantiles, son los productos más reglamentados en cuanto a seguridad y calidad alimentaria, por lo que la convierte en una opción ideal para evitar posibles problemas digestivos (como vómitos, diarrea o estreñimiento) que a veces padecemos cuando nos encontramos fuera de nuestro entorno habitual.
Y ahora que ya sabes cómo tienes que cuidar tu cuerpo y tu salud este verano, ¿empezamos nuestras vacaciones saludables?
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