La hidratación es clave para lucir una piel bonita. Para conseguirlo, es imprescindible mantener una buena rutina diaria. No puede faltar la aplicación de una crema hidratante (al menos una vez al día, después de nuestra ducha) y beber, al menos, dos litros de agua al día. Estos buenos hábitos son fundamentales para lucir una buena salud dermatológica.
La genética, la alimentación y nuestro estilo de vida (horas de sueño, exposición solar, fumar…) son otros factores determinantes para la apariencia de nuestra piel. En este sentido, Lucía Jiménez, experta en Estética y formadora para España de Shine Microbiome, considera que existe una relación importante entre el estrés y la piel. “Cualquier cambio en nuestros hábitos diarios puede provocar una respuesta inflamatoria en nuestra epidermis”.
Entonces… ¿por dónde debo empezar para intentar lucir una piel bonita? Sin duda alguna, por la hidratación. “El agua es fundamental para la piel, los labios y las mucosas: ¡Somos un 70% de agua!”, destaca Blanca Togar, experta en Make up and Hair Style.
Si no bebemos suficiente agua, nuestra piel experimentará “un envejecimiento precoz, formación de arrugas, sensibilidad y sensación de picor”, explica la experta. “Algo que se seca por falta de agua se vuelve quebradizo. La piel deshidratada funciona de la misma manera: se ve, pronto, ajada y sin vida”, añade Blanca.
Respecto a la alimentación, “seguir una dieta variada y equilibrada -basada en la dieta mediterránea- es otro gran aliado” para el cuidado de nuestra piel, coinciden ambas expertas.
La piel, el ‘espejo’ de nuestra salud
“La hidratación nos asegura una piel reforzada, elástica y bonita”, explica Lucía.
En cuanto al tipo de agua, Lucía opina que “lo más recomendable es la ingesta de agua mineral, para asegurarnos que nos hidratamos con un producto puro y natural, con propiedades beneficiosas para nuestro organismo”.
Ambas expertas coinciden en que la piel es un espejo de nuestra salud. Y que su cuidado no es solo una cuestión estética. “La piel es el órgano más grande que tenemos, nos rodea, nos sostiene y nos mantiene vivos. Por eso, preocuparnos de ella es una cuestión primordial para nuestro organismo, tanto en hombres, como mujeres”.
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