Sencillos consejos para saber cómo detectarla y combatirla
Son muchos los amantes de la primavera, pero hay quienes no comparten ese gusto por este cambio estacional. Pasar del frío invernal a la cálida primavera también se traduce, para quienes sufren astenia primaveral, en agotamiento, falta de energía, tristeza o trastornos en el sueño y en el apetito. Son síntomas que tendremos que tener en cuenta esta primavera, que será más cálida de lo normal, según el pronóstico estacional de la Agencia Estatal de Meteorología.
Nuestro cuerpo no es una máquina: pasar del letargo invernal a temperaturas más cálidas, a un nuevo horario o a una mayor presión atmosférica requiere un periodo previo de adaptación y, en algunas ocasiones, esta adaptación no ocurre tan rápidamente.
«El cansancio, la somnolencia, la falta de vitalidad, la irritabilidad, la ansiedad o la pérdida de apetito son los síntomas más frecuentes que acompañan a la astenia primaveral», explica Silvia Álava, Doctora en Psicología y miembro del Comité Científico del Instituto de Investigación Agua y Salud #IIAS.
Síntomas de la astenia primaveral
Los síntomas siempre están ligados al cambio, ya sea de horario o de tiempo, y a alteraciones de los ritmos cardíacos. Según Silvia Álava, «no se trata de un cuadro patológico ni de ninguna enfermedad, sino de un periodo de adaptación de nuestro cuerpo al cambio de tiempo».
Para la doctora, «lo más habitual es que todo esto desaparezca en una o dos semanas». Para llevar este cambio de la mejor manera posible, podemos:
- Practicar deporte con regularidad.
- Llevar una alimentación saludable.
- Anticiparnos al cambio horario y hacerlo de forma gradual.
- Estar correctamente hidratados.
La correcta hidratación resulta esencial. Para ello, se recomienda alcanzar una ingesta diaria de 6-8 vasos de agua mineral natural. Hay que prestar especial atención al trabajo, ya que pasamos al menos un tercio de nuestra vida allí, por lo que debemos tener muy en cuenta nuestra hidratación durante las horas laborales:
- Durante toda tu jornada, bebe de forma constante unos 330 ml cada hora.
- A la hora de la comida, bebe a pequeños sorbos 1 o 2 vasos de agua.
- Si realizas trabajos prolongados al aire libre con temperaturas extremas, ten una adecuada hidratación, favorecerá tu elasticidad y resistencia de la piel.
- Si trabajas con calefacción o aire acondicionado, durante todo el día, tu cuerpo experimentar mayores pérdidas de agua, por lo que deberás aumentar la ingesta de agua.
Os dejamos este breve vídeo de Silvia Álava, donde explica a la perfección todo lo detallado anteriormente.
¡Gracias!