Según los expertos, los niños deben beber una cantidad adecuada de agua a diario, que oscila entre los 0,6 litros en el primer año de vida, y los 1,8-2,6 litros en la adolescencia. Hasta ahí todo bien pero, ¿cómo conseguir que aprendan a hidratarse bien?
Seguro que más de una vez, cuando has visto a tu hijo “empapado” de sudor, después de correr con sus amigos en el parque, salir de alguna actividad física extraescolar o llegar del cole, le has dicho: “Estás sudando mucho, ¿has bebido agua?”, y la respuesta ha sido “No, se me ha olvidado”. Estos “olvidos”, muy frecuentes en los más pequeños, son los que los expertos aseguran que son muy importantes evitar, especialmente en verano, para prevenir problemas de salud.
Y es que, los niños, junto con los mayores, constituyen dos de los importantes colectivos con mayor riesgo de deshidratación, especialmente en verano, cuando la pérdida de agua del organismo se incrementa, a través del sudor debido a las altas temperaturas.
Por ello, tal y como asegura la psicóloga y experta en hidratación Silvia Álava, los padres y profesores debemos prestar una especial importancia a los principales síntomas de deshidratación, a las ingestas diarias de agua de nuestros hijos, así como inculcarles unos hábitos diarios de hidratación.
¿Cómo conseguir que nuestros hijos se hidraten?
Según los expertos, la primera regla es inculcarles la importancia de evitar la sensación de sed, ya que esta podría ser la primera señal de alarma de que el organismo está sufriendo una deshidratación leve. Para ello, Silvia Álava recomienda “meter en la mochila del niño una botellita de agua mineral, cuando vayan al colegio o a realizar alguna actividad extraescolar, al aire libre, o tener siempre en casa a la vista una botella de agua mineral, de manera que al verla recuerden la necesidad de beber agua”.
Así lo hace la madre y bloguera Miriam Tirado, quien asegura que “Es impensable salir al parque o a hacer cualquier actividad sin llevar agua. Mis hijas beben cuando tienen sed, pero a la más pequeña, que tiene cuatro años, sí le recuerdo que beba, ya que aunque tenga sed no se da cuenta porque está jugando”, explica Miriam Tirado.
Además, tal y como aconseja Silvia Álava, “es fundamental que los peques vean a sus padres beber agua a menudo. De esta manera, los niños, que aprenden por imitación, también lo harán”.
Por ello es importante cuando compartimos momentos con ellos, por ejemplo, durante la comida o la cena poner una botella de Agua Mineral en la mesa y contarles la importancia que tiene mantener una hidratación adecuada para su organismo como que:
- Gracias a una correcta hidratación contribuirá a una buena elasticidad de sus articulaciones y al correcto funcionamiento de sus músculos y tendones y puede prevenir posibles dolores asociados a estas zonas por su crecimiento.
- Un nivel adecuado de hidratación ayudará a mantener en buen estado su rendimiento cognitivo, lo que repercutirá positivamente en su capacidad de memorización, su concentración y sus reflejos.
En cuanto a la frecuencia de ingesta, la psicóloga asegura que “es muy importante que beban el agua a pequeños sorbos, distribuidos a lo largo del día, no que beban toda el agua de un golpe”.
La calidad del agua también es fundamental
No solo para la salud de los peques, sino para la tranquilidad de sus padres. Y es que, saber que el agua que estamos dando a nuestros hijos cuenta con todas las garantías de seguridad alimentaria es fundamental.
Para ello, la experta en hidratación aconseja “beber agua mineral, ya que se trata de un agua pura, sana y de calidad, que procede de manantiales protegidos de cualquier tipo de contaminación y que es envasada en condiciones de extrema asepsia. Por lo tanto, cuando damos a nuestros hijos agua mineral sabemos que le estamos dando un agua natural y que no ha necesitado ningún tratamiento químico ni microbacteriológico para su desinfección”.
Además, “el agua mineral permite consultar su composición en el etiquetado, lo que nos permite elegir el agua que nuestro pediatra nos recomiende para nuestro hijo”, añade Álava.
Miriam Tirado no tiene dudas, y este verano, piensa seguir enseñando a sus hijos a hidratarse. Así, destaca que:
“siempre, para evitar la sed, nos llevamos cada uno en nuestra mochila una botellita de Agua Mineral y bebemos pequeños sorbos de agua a lo largo del día, para que podamos mantener una buena hidratación”.
Ya lo sabes, estas vacaciones, los padres y madres tenemos una doble tarea: inculcar a nuestros hijos el importante hábito de beber agua a lo largo del día y ofrecerles agua de calidad.
¡Feliz Verano!
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