Que el agua es buena, todos lo tenemos clarísimo. Que estamos compuestos en un alto porcentaje de ella, un 60%, también. Y tampoco nos cabe duda de que por ello, es importantísimo para nuestra salud estar bien hidratados y mantener ese equilibrio esencial en nuestro organismo. Sin embargo, lo que igual no tenemos tan claro todos es ¿qué diferencia hay entre beber agua en general o beber agua mineral en concreto? Para despejar nuestras dudas, vamos a conocer un poco más de cerca el agua mineral.
Desde la antigua Grecia el hombre ha disfrutado de las propiedades beneficiosas que tenían las aguas termales. Y fue así, hasta que al principio del siglo XX, el agua mineral se vendía en farmacias bajo la denominación de “Mineromedicinal”. Hoy en día, el agua mineral está sometida a controles de calidad que garantizan su estado de pureza original y su comercialización como producto alimentario.
Y es que además, la composición del agua mineral natural es siempre la misma, mientras que el agua de grifo tiene una composición variable, debido a causas como el clima, las tuberías que atraviesa, o los productos que se utilizan para potabilizarla.
El agua del grifo puede proceder de varias fuentes, subterráneas, superficiales almacenadas en ríos y embalses, o incluso aguas residuales tratadas hasta ser aptas para el consumo. Sin embargo, el agua mineral es 100% natural, siempre procede de agua de lluvia, o nieve, que tras ser drenada por la tierra, viaja durante un tiempo, que pueden ser incluso miles de años, hasta el acuífero subterráneo en el que permanece libre de la polución ambiental.
Uno de los puntos más importantes del agua mineral que bebemos es que se envasa directamente en el propio manantial, siguiendo unas normas de envasado que mantienen inalterables sus propiedades y su cantidad de minerales y oligoelementos beneficiosos para la salud. No necesita ser desinfectada, ni tratada bacteriológicamente y además, ¿sabías que es idónea para usarla en los biberones de nuestros bebés sin necesidad de hervirla?
En definitiva, se trata de un agua natural, sana, saludable, pura y de confianza. Bebiendo agua mineral, siempre sabemos exactamente lo que estamos bebiendo. Un beneficio para toda la familia, ¿verdad?