A lo largo de varios post, hemos reflejado la importancia de beber agua mineral, por sus cualidades beneficiosas para la salud o simplemente para mantenernos hidratados de forma sana y natural.
Pero de entre todos los factores que convierten al agua mineral en una bebida saludable, hay cinco que queremos destacar y que nos harán tomar conciencia real de la importancia de incluir agua mineral en nuestro día a día.
- Pura en origen: extraída directamente del manantial. El agua mineral procede de acuíferos subterráneos, por lo que es una bebida sana desde su origen y 100% natural. Su origen se debe al agua de lluvia que, tras ser drenada lentamente por la tierra, viaja durante mucho tiempo, incluso miles de años, hasta un acuífero subterráneo en el que se acumula y donde permanece protegida de cualquier tipo de contaminación. Mientras que el agua del grifo tiene un origen mayoritariamente superficial, como pueden ser ríos o embalses, el agua mineral llega a nosotros tal cual se encuentra en la naturaleza, siendo envasada allí mismo y consiguiendo así mantener toda su pureza posteriormente gracias al envase. La temperatura y el tiempo de permanencia y la profundidad del acuífero completan la personalidad inimitable de las aguas minerales.
- No necesita tratamientos de desinfección y no es necesario hervirla para los biberones. El agua que llega a nosotros a través del grifo ha sufrido varios procesos de desinfección y esterilización para asegurar su consumo. En cambio, el agua mineral es sana desde su origen y por ello, no necesita ni recibe ningún tratamiento químico, ni microbiológico. Por eso, cuando se bebe agua mineral natural estamos bebiendo agua en su estado natural. Ello la convierte en una bebida perfecta para nuestros bebés. Por ejemplo, cuando vayamos a preparar un biberón no será necesario hervirla. Podemos utilizarla con la tranquilidad de saber que no ha recibido tratamientos químicos que puedan afectar al bebé. Cuando bebemos agua mineral natural sabemos con total exactitud qué es lo que estamos tomando. Gracias a su etiquetado conocemos su lugar de origen y su composición química, que viene claramente detallada con las cantidades de cada elemento.
- Composición constante. La composición de cada agua mineral natural es siempre la misma. Su composición mineral específica depende de las rocas por donde se filtran de forma natural, así como el tiempo, profundidad y temperatura en la que se encuentren en el acuífero subterráneo. Es por ello que no hay dos aguas minerales iguales, de modo que podemos elegir el agua mineral natural que más nos convenga en función de su composición. En cualquier caso, las aguas minerales naturales mantienen su proporción de minerales y oligoelementos constante en el tiempo, por lo que siempre que bebemos una determinada agua mineral natural, estamos bebiendo un agua idéntica, sin variaciones en su composición, ni en su sabor.
- Sana, saludable y sin calorías. El agua mineral no tiene calorías. Esto la convierte en una bebida ideal para mantener unos hábitos de vida saludables. Beber dos litros de agua mineral natural al día aporta minerales esenciales y oligoelementos ayudando al organismo a satisfacer las necesidades diarias de forma saludable. Además, ayuda al organismo a transportar nutrientes, eliminar desechos y favorecer la digestión.
- Hidratación en cualquier momento y lugar. Gracias a su cómodo embotellado no hay excusas para no estar hidratados durante todo el día. Si nos vamos de viaje o vamos a hacer un poco de ejercicio, es aconsejable llevar siempre con nosotros una botella de agua mineral. Los distintos formatos en los que se presentan las casi 100 variedades distintas de agua mineral con las que contamos en España, permiten acceder a una correcta hidratación dentro y fuera de casa, siendo especialmente útil en el caso de los niños pequeños, las personas mayores, los deportistas y las mujeres embarazadas. Es una forma sencilla de mantenernos hidratados y conseguir el equilibrio esencial para nuestro organismo.