En España casi la práctica totalidad de la producción corresponde a aguas minerales naturales (96%), unas aguas únicas y muy singulares que, para poder ser reconocidas como “aguas minerales naturales” deben pasar un largo expediente administrativo y numerosos controles, con el fin de demostrar todos los requisitos que se les exigen. En primer lugar, tienen que ser aguas puras desde su origen subterráneo, protegidas ya en los acuíferos de cualquier tipo de contaminación.
Durante su proceso de envasado se siguen unos rígidos protocolos con el fin de asegurar que su pureza original se mantenga inalterable, ayudando así a conservar todas sus propiedades y características naturales desde la Naturaleza al consumidor. De este modo, no necesitan ningún tipo de tratamiento químico ni microbiológico ni filtrado doméstico posterior, porque son sanas desde su origen. Además, las aguas minerales naturales tienen una composición constante en minerales y otros componentes, lo que les confiere propiedades beneficiosas para la salud. Esta composición puede consultarse siempre en su etiqueta, por lo que podremos saber lo que bebemos en todo momento al consumir agua mineral natural.
Riqueza en aguas minerales
A pesar de que sólo se envasa un 0,02% de los recursos hídricos subterráneos de nuestro país, en España hay una gran riqueza en aguas minerales. Existe a nuestra disposición una gran variedad en el mercado, con más de 100 tipos distintos de aguas minerales naturales, de tal forma que no hay dos aguas minerales iguales.
Composición mineral única
Cada agua mineral natural es diferente y posee un sabor característico debido a su composición mineral única. Según sea su composición mineral nos aporta una serie de beneficios para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
Además, el consumo de aguas minerales puede beneficiar a diferentes parámetros fisiológicos y contribuir a estabilizar otros.